La lámpara de pared de cuatro brazos de 1954 es un objeto de diseño icónico que combina funcionalidad y estética sofisticada. Se monta sobre una placa rectangular y cuenta con cuatro brazos ajustables que emergen de un tubo central, cada uno rematado con un elegante reflector. La combinación de detalles de acero, aluminio y latón crea una expresión refinada, donde el contraste de los materiales se realza en negro o blanco. Una opción atemporal que aporta carácter, flexibilidad y un toque de diseño clásico a cualquier estancia.
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