A Piet Hein se le ocurrió la idea del Chariot en 1944, mientras vivía en Argentina y añoraba el cielo estrellado del norte. Comenzó a experimentar transfiriendo la constelación a un candelabro de siete brazos que podía difundir la luz en cualquier parte del mundo. El candelabro, fabricado en acero inoxidable, mide 63 cm de altura y tiene espacio para siete velas, que se pueden colocar en línea o en círculo.
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